domingo, 30 de marzo de 2008

Día Internacional de la Trabajadora del Hogar

Estaba en campaña electoral y recibí en casa un día de semana a eso del mediodía a periodistas de un canal de televisión que me habían pedido hacer una nota “personal”.

Uno de los colegas me dijo que si podía entrar a la cocina. Le respondí que con mucho gusto, que iba a encontrar cocinando en ese momento a Ernestina Vilca. Ernestina se impresionó por la irrupción de las cámaras en una casa en la que ya nada debiera sorprenderla. A la pregunta: ¿Y qué tal es la señora Susana?” respondió desde los forros e inmediatamente: “Cumple con todos mis derechos, sueldo, seguro, ocho horas, vacaciones, pensión. Es muy justa”. Entre los gratísimos momentos de la efímera y nada exitosa campaña electoral, ese es uno de los recuerdos que atesoro. Fue la expresión sincera de una persona que queremos y que convive varias horas del día con nuestra familia, hace más de 22 años.

Hoy es el día Internacional de la Trabajadora del Hogar y, lamentablemente, la mayor parte de de las cerca de 500,000 en el Perú (el censo arroja cerca de 350,00 pero existe una gran cifra escondida) no goza de una remuneración justa, de seguro de salud y pensión de jubilación, de vacaciones; tampoco se les respeta las ocho horas a las que tiene derecho todo trabajador. El ingreso promedio es de 300 soles pero en algunos lugares del país las emplean por 80 y 100. En otros casos, no hay remuneración: casa, comida y en muy pocos casos, estudio.

Son muchas personas las que viven en esas condiciones laborales, amén de la gravísima violencia sexual y la discriminación que supone el que no se puedan bañar en las exclusivas playas del sur de Lima cuando trabajan ahí en el horarios de “las señoras, señores y de los niños”, sofocándose por el inclemente sol en uniformes de los colores que las Juntas de Propietarios de esas playas deciden para homogeneizar la vista de quienes se sienten dueños de tanta belleza marina.

Conozco la lucha de lideresas como Victoria y Hermelinda, desde finales de los sesenta, en la Juventud Obrera Católica. He sido testigo (y madrina a los 18 años) de la primera Casa de la Trabajadora del Hogar que más tarde se convertiría en IPROFOTH (que reúne y aloja cuando es necesario a trabajadoras de hogar, tiene una guardería para que dejen a sus hijos e hijas cuando salen a trabajar y las capacitan).

He tenido el privilegio de asistir al surgimiento del Sindicato de Trabajadora del Hogar (http://syscgtp.cgtp.org.pe/modules/Biblioteca/images/CGTP-MUJER/Planificacion%20estrategica%202007-2012%20SINTRAHOGARP.pdf) y de conocer su lucha por la Ley de la Trabajadora del Hogar que, lamentablemente, reguló la situación de desventaja de las trabajadoras del hogar: mitad del tiempo de vacaciones, mitad del sueldo por Compensación por Tiempo de Servicio, no reconocimiento de las ocho horas, el salario mínimo y el derecho a la sindicalización de manera expresa.

Mucho que celebrar:
Lo que antes era invisible hoy ha salido a la superficie y no puede ser fácilmente ignorado.
Las trabajadoras del hogar han establecidos alianzas como la que materializó la campaña por las trabajadoras del Hogar de las Playas del Sur el año pasado.
Nuevas y pujantes instituciones y gremios, creadas y gestionadas por las propias trabajadoras del Hogar
Una dirigenta del movimiento latinoamericano de las trabajadoras del hogar juramentando como Ministra de Justicia en Bolivia
Muchas mujeres que han aprendido a hacer valer sus derechos
Trabajadoras del hogar que han aprovechado su trabajo para estudiar y progresar en la vida.
Sonia Morales cantando su historia, así como Dina Páucar

Mucho por lo que seguir luchando
Una efectiva igualdad laboral que se materialice en una nueva Ley de la Trabajadora del Hogar.
Un sistema de supervisión laboral eficaz del Ministerio de Trabajo.
Una creciente conciencia de las y los empleadores acerca de la dignidad de las trabajadoras del hogar.
Una sociedad que no siga llamándolas “servilletas” o “serruchas”.
Un sistema de alerta rápida a través de un número gratuito exclusivo para trabajadoras del hogar en el Ministerio de la Mujer.
La sanción a las Juntas de Propietarios de las Playas que tengan Reglamentos (o usos y costumbres) que impidan que las trabajadoras del hogar se bañen en el mar en verano, si trabajan en la playa, a cualquier hora del día si los niños y nilas con los que laboran se bañan en el mar.
Que realicemos vigilancia ciudadana para que las trabajadoras del hogar puedan subir por todos los ascensores de los edificios y que las puertas alternas, también llamadas falsas de los hogares dejen de llamarse "puertas de servicio".
Mayores facilidades de estudio, capacitación técnica y laboral de la Escuela Pública para las trabajadoras del hogar como un programa especial del Ministerio de Educación.
Apoyar, como me han comentado desde que coloqué este post anoche, a madres solas con casa, comida, un sueldo (aunque no sea el mínimo) y trato digno, es muy positivo como actitud humana y, por tanto respetable. Se hace por una retribución laboral no regulada, informal. Pero mejor aún aún, sin querer ofender los sentimientos de nadie, es tener derechos que reclamar y deberes que cunplir regulados por la ley, y una autoridad dispuesta a cumplir con su deber de prevenir, respetar, garantizar esos derechos y deberes e investigar y sancionar cuando sea el caso.
Solidarios y vigilantes
Hasta la próxima

12 comentarios:

GUILLE da MAUS dijo...

Ninguna ley le obligó a sostener una relación tan humana con su empleada. Aquello se originó en la convivencia y por libre determinación, gracias a una cultura familiar que la ha preparado en valores.
Ninguna ley podrá cambiar aquello que no nace de la libertad de los propios individuos.

Jocho dijo...

cumplir con todas esas leyes es recontra dificil, por no decir casi imposible

en mi casa teníamos empleada hace unos años, vivió en nuestra casa por dos años casi. No podíamos pagarle el minimo señalado por ley, ni horas extra, ni cts ni nada de eso. Pero buscabamos mantener un buen trato, la ayudábamos, le dabamos toda las tardes para que fuera a la nocturna y el espacio necesario y tambien el tiempo para que hiciera sus trabajos y tareas. Y cuidabamos a su hija cuando ella no podía (era cama adentro, hija incluida). No habremos cumplido con todo lo que se debe, pero hicimos lo mejor que pudimos. Al final terminó yendose de la casa por motivos que nunca explicó, y varios meses después se lamentaba de haberse ido porque pasó muchas necesidades. Afortunadamente regresó a donde trabajaba antes que con nosotros, donde le pagan mejor pero no le ayudan tanto en sus cosas personales.

Saludos!

Anónimo dijo...

peru21 del sabado, entrevista de chueca a josefa condori:
http://www.peru21.com.pe/P21Impreso/html/ImP2EntrevistaIndex.html

Anónimo dijo...

Todas esas leyes son una de las tantas razones por las que hace años decidimos en casa deshacernos de tan cargoso personal.

No fue mala idea, cocinar es fácil y la lavadora hace un juego el lavar la ropa.

Sin tanta ley quizás aun tendriamos servidumbre y habria menos desempleo.

Nila dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Nila dijo...

Señor Droper.
Leo en Wikipedia:
"El término servidumbre tiene dos significados. Por un lado, se utiliza en referencia al siervo. Así, se denomina servidumbre al estado o condición de siervo. Así mismo, a veces se llama servidumbre al conjunto de empleados que sirven a un tiempo en una casa."

Así, creo que la palabra no es la adecuada en su caso:
con el primer significado porque resultaría vergonzoso hablar de siervos en el siglo xxi (aunque es cierto que en muchas casas, las trabajadoras del hogar que trabajan más de 8 (de lejos muchas más) no tienen ningún beneficio laboral estarían cercanas a esa condición)
En el segundo porque es un "colectivo" conjunto de empleados y creo que en su casa se hablaba de una trabjadora, que sin duda es un ser humano y no "un cargoso" personal,,
Los derechos laborales no son algo cargoso, señor Droper y el hecho de que haya tanta necesidad en nuestro pueblo no es razón para "legalizar la explotación"

GUILLE da MAUS dijo...

La explotación nunca ha sido legal. Lo que hay es un aprovechamiento mutuo a costa de incumplir las leyes. Que duda cabe que muchas empleadas del hogar entregan su fuerza de trabajo voluntariamente aceptando las condiciones que se le presentan.

La opción de renunciar y evitar el abuso esta contemplada por nuestro ordenamiento. Otra cosa que ellas mismas no crean que tienen otra salida. Una ley gravosa que imponga cargas al empleador no hará más que fomentar el mercado ilegal y los acuerdos fuera del marco de la ley.

Anónimo dijo...

digamos que un coolie chino acepto libremente venir a sacar guano con las manos, a cambio de que lo saquen del hambre en asia. y se encuentra que la chamba era literalmente un guano. debio renunciar al contrato? podia? tendria miedo, le tendrian retenidos los papeles, no manejaria el idioma, tendria la esperanza que todo iba a mejorar; o quizas no se imaginaba otro mundo posible, seria quizas "natural" vivir asi.
darle herramientas para que se libere no se opone a crear mas leyes justas. ese es uno de los falsos dilemas que fascinan a los dogmaticos de uno y otro lado.

Anónimo dijo...

Yo siempre que he pensado en este tema, he podido ver que es una suerte de rezago de las relaciones serviles y de servidumbre vividas en las haciendas y en los gamonales, sobre todo en las que en las que la mano de obra no era libre. Cuando oigo a personas mayores, sobre todo de provincias y que han tenido propiedades de la tierra, encuentro rasgos similares. Hay una suerte de continuidad histórica, pese a los cambios en la sociedad peruana tanto a nivel de estratificación de clases, de procesos de urbanización, migratorios, etc.
Cuando era más pequeña oía a personas referirse a las empleadas domésticas como "servidumbre", ahora cada vez menos por no decir que casi excepcionalmente.El uso de esta palabra ( y muchos factores más que sería importante revisar y estudiar más para poder abordar el problema y hallar una solución) evidencia en gran medida esa continuidad histórica.

fanaticodemetal dijo...

Buen posteo señora Villaran, por mí parte detesto y trato de combatir cualquier tipo de discriminación y abuso contra cualquier ser humano, y lamentablemente en las empleadas del hogar es donde se ves mas estas actitudes tan medievales, un saludo, la leo.

Anónimo dijo...

Nila:

¿Explotación?

Las empleadas en mi casa jamás fueron explotadas, pero cuando hubo necesidad no quedo más que licenciarlas.

Ahora, quizás tendriamos personal doméstico de nuevo (ok, lo de servidumbre es rezago de mi abuelo...no solo lo bueno se pega) pero con tanta ley que vulnera lavoluntad de las personas -introduciendo un tercero a legislar donde no deberia- no da ganas.

RAMD dijo...

Hace bastante tiempo que el derecho romano germánico pide cambio como fundamento jurídico útil para el Perú