viernes, 26 de diciembre de 2008

¿Hasta cuándo las violaciones a los niños?


La radio trae una noticia desde Grocio Prado en Chincha. Una niña ha sido repetidamente violada por su propio padre y por tío aprovechando la ausencia de la madre quien trabaja. El médico legista lo ha comprobado cuando finalmente, contra todas las amenazas de matar a su hermanito y a su madre, lo denunció.

La violencia sexual es vida cotidiana para muchas niñas y niños. Muy pocos lo denuncian por miedo, y es en las familias en que ocurren con mayor frecuencia estos crímenes atroces.

Sabemos que aumentar las penas o la pena de muerte no evitarán que esta violencia continúe ocurriendo. Las penas no disuaden. Debemos prevenir, esa es la gran tarea. Somos todos responsables, pero cada alcalde o alcaldesa tiene la obligación, legal y moral, nacional e internacional de proteger integralmente a los niños y niñas de sus jurisdicciones.

Es imperativo y urgente invertir recursos en Wawa Wasis y Centros de Cuidado para niños cuyas madres trabajan. Esa es la manera de prevenir, protegiéndolos, nutriéndolos, estimulándolos y salvándolos de ser víctimas de un crimen del que difícilmente se olvidarán el resto de su vida.

Solidarios y vigilantes
Hasta la próxima

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Resulta paradójico que en un país como el nuestro, donde ocurren hora a hora casos y situaciones como el de Grocio Prado que reseñas, nuestros gobernantes estén empeñados en deshacerse del Puericultorio Pérez Araníbar que , con todas sus limitaciones, carencias y fallas, constituye un espacio donde a niños y niñas en peligro se les brinda afecto, protección, abrigo, techo, comida y educación.

Alan García pretende que sus amigos, tipo "Pepe" Graña ó Pedro Brescia ó Dionisio Romero con sus consiguiente "aliados estratégicos del sur" se hagan del Puericultorio Pérez Araníbar y, por si fuera poco del colindante terreno del hospital psiquiátrico para pobres
Víctor Larco Herrera, todo en Magdalena del Mar, para construir allí sendos edificios u hoteles 5 estrellas, con vista al mar ( en el terreno del Puericultorio) y un gran centro comercial en los terrenos del Hospital Victor Larco Herrera.

Allí García Pérez sacará, dado que no puede contrariar a su naturaleza, sus respectivos "honorarios de éxito".

Esto es sublevante, indignante.

Cuando vi a Alan García Pérez en los preparativos de la "Teletón" ,leyendo, según él al azar, el pasaje del Evangelio donde Jesucristo de manera maravillosa explica cómo haciendo bien al pobre, al enfermo, al presidiario, al hambriento se lo están haciendo a El.

Cuando vi esta grosera manipulación me dominó una sensación de repugnancia al ver cómo este sujeto usa valores superiores para sus réditos políticos.

¿O alguien duda de eso?

Anónimo dijo...

Son ciertas dos cosas: el 80% de lo que somos esta en nuestro ADN y solo un 20% es el factor social. Lo primero excluye, por ejemplo raza (un concepto obsoleto en antropologia) y lo segundo nos pone limitaciones muy grandes en la expectativa de 'reformar' a ciertos elementos.
Por otro lado, la justicia, en particular el aspecto del castigo, no disuade y de acuerdo a lo que hoy se sabe tampoco reforma (no al menos en estos niveles de sociopatia). Pero si queda un aspecto muy importante en la justicia: la 'venganza civilizada' que constituye. Ese es un derecho al que las victimas y la sociedad en su conjunto tienen. Y si eso parece politicamente incorrecto, piense en la alternativa.