En Boca Kiatari, comunidad de Satipo, el distrito más grande del Perú, las niñas y los niños no ven un médico hace mucho tiempo, quizá nunca lo vieron. De vez en cuando –dicen–, pasa una Brigada de Salud. Son esos los niñitos cuyas pancitas aparecen siempre hinchadas en las fotografías que les toman a los asháninkas. Sufren grados de desnutrición inaceptables en un país cuyo PBI se proyecta en 360 mil millones de soles para este año y que creció en 7.2% el año pasado.
En Boca Kiatari la educación de esos niños y niñas la pagan los alcaldes y los pobladores. Contratan un maestro o maestra para la escuela por 350 soles al mes. Eso es lo que ganan, menos del salario mínimo vital. Recordemos que el hoy acusado Fujimori retiró a 100 maestros de esa zona en la época de violencia. Nunca fueron repuestos.
Esa es la realidad de la mayoría de comunidades rurales del Perú. Este es el rostro de la extrema pobreza. Es también el reflejo del abandono del Estado en dos de las áreas claves para el desarrollo de cualquier país: la educación y la salud. En eso es que nos aventaja Chile, en un área estratégica mucho más importante que la bélica. Ese país vecino invierte por alumno en primaria US$ 2,120 anuales, nosotros 479 como promedio. Hasta Paraguay nos gana, invirtiendo US$ 681 por alumno en primaria.
Tenemos recursos. No estamos en el año 2000. Hoy el gobierno se encarga de proclamar a todos los vientos –con sustento– lo bien que está la economía y lo llenas que están las arcas nacionales. ¿Dónde invertimos tanta bonanza? ¿en las personas?, ¿en nuestro capital humano, el más importante de todos? Lamentablemente no. El 25% de los peruanos y peruanas no accede a ninguna atención de salud. Esa es la misma cifra de la desnutrición de nuestros niños.
Mientras el MEF siga planificando el desarrollo; mientras la política económica siga divorciada de la política social; mientras se pretenda reemplazar la política social con programas como CRECER o JUNTOS sin insertarlos en el eje de una inversión de calidad en salud y educación, no veremos resultados.
Más y mejores médicos y maestros, bien remunerados, dignificados en su profesión y distribuidos equitativamente en la población y el territorio, premiando económicamente a quienes, poseedores de las mejores calificaciones, trabajen con quienes viven en extrema pobreza y abandono. Llevamos dos semanas de huelga médica, y en algunas regiones cerca de 80 días, siendo la mayor parte de sus reivindicaciones totalmente atendibles y justas, pero el gobierno los confronta y no dialoga. Es lo mismo que hace con los maestros y maestras: los ataca abonando irresponsablemente el caldo de cultivo del violentismo. En salud y educación el gobierno está jalado.
Me pregunto: ¿cuándo celebrará la comunidad de Boca Kiatari la llegada de la mejor maestra y el mejor médico del Perú?
En Boca Kiatari la educación de esos niños y niñas la pagan los alcaldes y los pobladores. Contratan un maestro o maestra para la escuela por 350 soles al mes. Eso es lo que ganan, menos del salario mínimo vital. Recordemos que el hoy acusado Fujimori retiró a 100 maestros de esa zona en la época de violencia. Nunca fueron repuestos.
Esa es la realidad de la mayoría de comunidades rurales del Perú. Este es el rostro de la extrema pobreza. Es también el reflejo del abandono del Estado en dos de las áreas claves para el desarrollo de cualquier país: la educación y la salud. En eso es que nos aventaja Chile, en un área estratégica mucho más importante que la bélica. Ese país vecino invierte por alumno en primaria US$ 2,120 anuales, nosotros 479 como promedio. Hasta Paraguay nos gana, invirtiendo US$ 681 por alumno en primaria.
Tenemos recursos. No estamos en el año 2000. Hoy el gobierno se encarga de proclamar a todos los vientos –con sustento– lo bien que está la economía y lo llenas que están las arcas nacionales. ¿Dónde invertimos tanta bonanza? ¿en las personas?, ¿en nuestro capital humano, el más importante de todos? Lamentablemente no. El 25% de los peruanos y peruanas no accede a ninguna atención de salud. Esa es la misma cifra de la desnutrición de nuestros niños.
Mientras el MEF siga planificando el desarrollo; mientras la política económica siga divorciada de la política social; mientras se pretenda reemplazar la política social con programas como CRECER o JUNTOS sin insertarlos en el eje de una inversión de calidad en salud y educación, no veremos resultados.
Más y mejores médicos y maestros, bien remunerados, dignificados en su profesión y distribuidos equitativamente en la población y el territorio, premiando económicamente a quienes, poseedores de las mejores calificaciones, trabajen con quienes viven en extrema pobreza y abandono. Llevamos dos semanas de huelga médica, y en algunas regiones cerca de 80 días, siendo la mayor parte de sus reivindicaciones totalmente atendibles y justas, pero el gobierno los confronta y no dialoga. Es lo mismo que hace con los maestros y maestras: los ataca abonando irresponsablemente el caldo de cultivo del violentismo. En salud y educación el gobierno está jalado.
Me pregunto: ¿cuándo celebrará la comunidad de Boca Kiatari la llegada de la mejor maestra y el mejor médico del Perú?
7 comentarios:
Vuelvo a visitarte Susana! Soy en camarada de la boina, por el momento sin boina ni barba pero de nuevo en Francia por algún tiempo...
Estaré visitándote más seguido. Por lo pronto ando publicando algunas cosas sobre la situación política de los mapuches...
Un abrazo!
Los derechos y reivindicaciones sociales a lo largo de la historia no se han conseguido denunciando en artículos periodísticos las barbaridades e injusticias que todos conocemos.
Los que se taparon la nariz a la hora de votar por el "hortelano", pero curiosamente hicieron campaña a su favor inhalando a sus anchas las emanaciones que la prensa alquilada difundía "marketeándolo" al electorado, hoy, no sólo 'hipotéticamente' deberían "jalar" al rechoncho y desaplicado "alumno", sino admitir con gallardía el desacierto que significó taparse las fosas nasales cuando lo aconsejable, la inobjetable experiencia dictaba, era llenarse de aire fresco los pulmones y de valor nuestras acciones..! Es decir, todo lo contrario que se hizo.
Juan Carlos Martel
RECONTRA JALADO, HELO AQUI:
http://www.youtube.com/watch?v=Hjs-7JlG-0Y
no voy a comentar el "tema de fondo" sino algo "periférico"
Al ser Boca Kiatari una comunidad indígena, es muy probable que el ministerio de educación haya mandado un maestro mestizo que no conoce nada de asháninka y que pretenda "enseñar" en castellano a niños que no hablan esa lengua. (un "clásico" en territorios indígenas). Quizá sea por ello que la comunidad ha preferido pagarle a un docente de su pueblo. He traído el tema de los niños indígenas porque es necesario que nos detengamos a pensar en los atropellos de los que son víctimas los pueblos indígenas. Y no solo en el Perú. Ernesto ha hecho un comentario sobre la situación de los Mapuches. Estamos ante un aniquilamiento de los pueblos indígenas en Perú y en Chile.
La solidaridad es necesaria. El asesinato legal que está llevando a cabo la presidenta Bachelet, debe ser repudiado por todos los que respetamos la vida.
La revista brasileña "Veja" (16 de enero de 2008), presenta un artículo firmado por Gustavo Ioschpe en el que se afirma:
"Cuando se analiza el desempeño de los alumnos en las pruebas, y se comparan las características de sus escuelas y sus profesores, se descubre que el número de alumnos por aula no tiene un impacto significativo en el aprendizaje, ni el salario de los profesores, ni una infraestructura de primera en las escuelas. Esos mismos estudios revelan otros datos interesantes. Algunos de los factores asociados al mejor desempeño del alumnado no sólo no traen beneficios a los profesores sino que los hacen trabajar más: alumnos que hacen las tareas´con más frecuencia, por ejemplo, tienen un mejor desempeño, y ese desempeño es aun mejor cuando el profesor comenta su evaluación en lugar de sólo marcar "bien" o "mal". También tienen mejor desempeño los alumnos que son evaluados constantemente por medio de pruebas, alumnos de profesores con conocimientos más profundos en las materias que enseñan y alumnos de profesores que faltan menos al trabajo. ¿No es curioso que ninguno de esos factores forme parte de la agenda en los sindicatos de profesores?".
Creo que antes de aumentar presupuestos debemos examinar las verdaderas razones de nuestro desastre educativo, sino simplemente estaremos gastando más plata para seguir ocupando los mismos últimos lugares en educación.
http://veja.abril.com.br/gustavo_ioschpe/index_150108.shtml
Parece que el link no salió completo:
http://veja.abril.com.br/gustavo_ioschpe/index_150108.shtml
El asunto educativo Susana es más complejo y complicado, y hablar de ellos no sólo nos demandaría tiempo, sino que en el mismo nos llenaríamos de mucha ira y rabia. Coincido con Nila, en lo que viene sucediendo en los pueblos alejados y en la necesidad de preparar a las personas que vivan en estos lugares, no llevarles profesores que desconozcan y no respeten sus diferencias. Eso sucede a menudo. Ahora a todo esto se une el hecho de querer cambiar un DCN, y seguir gastando dinero en documentos que a la larga no van a generar mejoras de fondo. El día que el ministro y los del ministerio salgan de sus escritorios y se den cuenta que en vez de crear laboratorios idiotas que sólo generan documentos y elucubran pensamientos alejados a la realidad cambiaremos.
Tantos Especialistas, porque no viajan , porque no gastan en ir a capacitar a pueblos, en vez de estar sentados en el escritorio alucinando cosas. El trabajo educativo demanda presencia física, es llevar lo que sabes a los que saben cual es su realidad y ayudarlos a ellos a mejorarla.
Seguimos improvisando en el tema educativo. Y el pueblo seguirá mirando a Laura en la tele.
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