sábado, 5 de julio de 2008

Resolver el problema del hambre no se opone a respetar nuestra biodiversidad



Hace unos días, Marcos Sánchez, periodista de la revista SOMOS me envió estas preguntas sobre el polémico tema de transgénicos. Ha tomado una frase de la extensa entrevista (lo que agradezco) en un muy buen reportaje que invito a leer en SOMOS 1126 de hoy sábado 5 de julio. Reproduzo el contenido íntegro de la entrevista.


¿Qué opina ahora que el Ejecutivo ha decidido aprobar una ley que fomenta la implementación y la comercialización de los productos transgénicos?

Desde hace meses venimos exigiendo públicamente que se apruebe una norma de clara regulación al ingreso comercialización y etiquetado de semillas y alimentos transgénicos en nuestro país. Debemos proteger nuestra salud, la biodiversidad y las posibilidades de seguir siendo exportadores de productos naturales y orgánicos hacia los mercados de Europa y Asia.

Temo que la legislación que vienen promoviendo Alan García y su Ministro de Agricultura Ismael Benavides va en sentido contrario. Los antecedentes preocupan: por un lado el Presidente se reunió en noviembre del 2007 con altos ejecutivos de Monsanto, la empresa mundial más poderosa en la producción y comercialización de transgénicos. Y recientemente hemos visto a una delegación peruana en la Conferencia de Bonn sobre bioseguridad bloqueando (solo junto a Paraguay) la aprobación de una norma internacional vinculante para 140 países que hacía que las empresas productoras de transgénicos tengan responsabilidad civil por cualquier daño futuro de sus productos. Hasta ahora no se investiga esto, ni se ha sancionado a los responsables de este lamentable hecho que deja muy mal parada a nuestra cancillería.

¿Son en realidad los transgénicos una amenaza para el país, para el planeta? ¿Por qué?

Creo que no hay que caer en la falsa polarización que plantean las empresas que comercializan los transgénicos entre “científicos” y “ONGs ambientalistas” en la que los primeros tendrían la razón de la ciencia y los segundos estorbarían el progreso con sus temores irracionales. Es una polarización interesada para que no se discuta seriamente las necesidades de regular con mucha firmeza la producción y comercio de estos productos a nivel mundial.

Transferir material genético a un cultivo para obtener una mayor resistencia a plagas o a ciertos herbicidas sí tiene riesgos importantes porque el producto adquiere ventajas desmedidas que lo llevan a desplazar a cultivos nativos o contaminar áreas con productos originarios. Además, si se promueve un uso desmesurado de ciertos pesticidas que matan todo en el campo menos al cultivo transgénico también se termina afectando al ambiente y su necesario equilibrio ecológico. No deja de ser muy peligrosa la dependencia económica que se genera entre el agricultor y la empresa trasnacional proveedora de esta tecnología.

Se habla mucho sobre el tema de la biodiversidad del Perú y del peligro que esta correría si se trajesen los transgénicos... ¿Está nuestro territorio preparado para el tipo de agricultura extensiva asociada a lo transgénico?

No, no estamos preparados y este debe ser un debate nacional en el que aporten las y los científicos, ambientalistas, políticos y ciudadanos en general. No podemos quedarnos impasibles frente a los grandes intereses que pueden hipotecar nuestra rica biodiversidad. Hace poco una prestigiosa investigadora peruana, la Dra Gutiérrez Rosati, ha comprobado que ya hay presencia de maíz transgénico en los campos del Perú y Jaime Delgado de ASPEC ha librado una larga batalla que se ganó en INDECOPI para que se retire del comercio la margarina elaborada con ingredientes transgénicos y que se prohíbe en Europa. Lo que quiero decir es que los transgénicos ya son una realidad en nuestro país y ello preocupa porque sucede ante la indolencia y hasta complicidad de la autoridad ambiental y política a los más altos niveles.

Una opción que debemos evaluar con mucha seriedad es la de declarar la moratoria en la entrada de transgénicos al Perú por 5 años, de tal forma que podamos evaluar con mayor calma sus beneficios y riesgos. Esta es una medida que algunos gobiernos regionales también podrían tomar si el gobierno central insiste con su política de abierta promoción de estos cultivos en nuestro país.

¿Se ha comprobado la inocuidad de los alimentos transgénicos?

Hasta ahora no se ha probado que los transgénicos no dañen a la salud y la biodiversidad y por lo tanto, el peso de la prueba de que son ambiental y biológicamente inofensivos está en quienes los producen, no en quienes pueden sufrir los daños. Hasta ahora no lo han demostrado y no en vano una buena parte de países de la UE y Japón no permiten el ingreso de productos transgénicos por presión de sus consumidores o movimientos ambientalistas.

Se sabe que la FDA en Estados Unidos establece requisitos de seguridad bastante estrictos para estos productos, eso no le da una garantía de seguridad?

Es posible que esto sea cierto, pero en el Perú no tenemos agencias con los recursos y poder que tiene la FDA. En nuestro caso, tenemos autoridades débiles y un gobierno que no está dando señales de equilibrio para que este tema sea adecuadamente discutido por toda la sociedad. Sigo pensando que debemos promover una moratoria para permitir mayor debate y adecuar nuestras normas e instituciones al reto que implica regular adecuadamente este tipo de tecnologías. A diferencia de los medicamentos, los transgénicos no se pueden retirar del mercado si se comprueban sus daños, una vez ubicados en la cadena productiva ya es muy difícil sacarlos.


Los defensores de los transgénicos indican que modificar genéticamente un producto le daría mayor productividad al mismo, y superaría barreras a futuro como la escasez de alimentos (ya que se puede sembrar más productos en menos espacio), incluso dicen que la biotecnología moderna se convertirá en un instrumento de desarrollo... ¿Qué piensa?

Tenemos otras opciones menos riesgosas para enfrentar esta crisis mundial del alza de alimentos en las familias y zonas rurales de nuestro país. De hecho ya decenas de miles de familias rurales han introducido tecnologías baratas para mejorar sus pastos y están cultivando alimentos generando seguridad alimentaria, mejoras nutricionales y e impactos en sus mercados cercanos. Si estas iniciativas del Instituto de Iniciativas Agrarias, la Federación de Campesinos del Cusco y de Huancavelica se convirtieran en política pública resolveríamos este problema sin riesgo para nuestra biodiversidad y arrancando de la pobreza a muchísimos peruanos y peruanas.

¿Producir cultivos resistentes a enfermedades y plagas no favorecería, por el contrario, a los campesinos pobres de nuestro país? Algunos creen que en pocos años el cambio climático y la falta de agua obligarán a producir nuevas variedades de cultivos que resistan estos problemas y puedan satisfacer la demanda de alimentos en el futuro...

Estos son temas de gran interés y la investigación debe ayudarnos a afrontar con nuestras mejores ideas los problemas del cambio climático y la crisis alimentaria. Creo que los transgénicos podrán jugar un rol posible en enfrentar estos problemas siempre y cuando sean manejados con cuidado y adecuadas regulaciones. Mientras este sea simplemente un negocio sin mayor regulación en el mundo, será difícil que sus potenciales se usen adecuadamente para los fines de la humanidad.

5 comentarios:

GUILLE da MAUS dijo...

Lo del "equilibrio ecológico" es un mantra con nulo sustento cientifico. Lo cierto es que la naturaleza tiene sus mecanismos de compensación que la ciencia todavia no alcanza a comprender. Allí es donde más bien se funda el temor hacia los transgenicos: la INCERTIDUMBRE sobre la "reacción" (respuesta bio-quimica) que puedan generar en el entorno.

La cosa no es nueva, pues anteriormente se dieron ese tipo de paranoias con cada introducción de una nueva especie en la dieta alimentaria. Similar escepticismo lo generó alguna vez la papa y otros vegetales como el tomate. Si recuerdan la pelicula "los tomates asesinos" es porque, a pesar de su estupidez, se inspiró en un hecho real.

Al final la verdad científica habra de imponerse. No sin antes sufrir algunas derrotas merced a intereses políticos amparados en razones pseudocientíficas.

Anónimo dijo...

Sra Villarán, el periodistra de somos no se llamará MARCOS CHUMPITAZ???

digo x siaca, para eviatr confuciones...

Anónimo dijo...

que interesante. por que la gente con inclinaciones fascistoides tiende a tener fe ciega en la ciencia?
claro, tambien del otro lado habria que recordar eso del "materialismo cientifico"...

GUILLE da MAUS dijo...

... y el Lysenkismo de Stalin ("biología proletaria") aplaudido por su "calidad cientifica" por toda la izquierda mundial... hasta que conoció la hecatombe alimentaria a la que condujo matando de hambre a millones de rusos y ucranianos.

Ay izquierda...

ConchaEs dijo...

Interesante tema que cuestiona la seguridad alimentaria y la supervivencia de las especies.