sábado, 22 de marzo de 2008

IGUALDAD




IGUALDAD es EQUIPOTENCIA,
o sea la capacidad de ejercicio del poder, no sólo el de resistir, sino el de contar con la fuerza y los recursos necesarios para la autonomía.

IGUALDAD es EQUIVALENCIA,
o sea tener el mismo valor en el sentido de no ser considerada por encima ni por debajo del otro.

IGUALDAD es EQUIFONIA,
o sea la posibilidad de emitir una voz que sea escuchada y considerada como portadora de significado y que goce de credibilidad.

Marita Santa Cruz

A esa igualdad aspiramos. Es esa la igualdad que construimos todos los días.


Solidarios y vigilantes


Hasta la próxima

17 comentarios:

Anónimo dijo...

lindo...

Laura Arroyo Gárate dijo...

Buena reflexión, Susana. A eso aspiramos.

Saludos.

GUILLE da MAUS dijo...

Y a eso debemos temer porque no hay nada mas humano que las diferencias, tanto en capacidades como en fortalezas y debilidades. Lo verdaderamente humano es respetar esas diferencias evitando que estas sean motivo de abuso y discriminación.

La igualdad planteada acá requiere de cuantificaciones las cuales aplicadas al fenómeno humano han sido excusa para muchas arbitrariedades, caso de las dictaduras y su "democratización hacia abajo".

Creo que la igualdad no debe ser nuestro objetivo, sino la LIBERTAD.

Anónimo dijo...

Sí!!! una reflexión very nice... you´re my favorite escritora de versos de autoayuda. Deberías escribir alguno que te ayude a ti... Qué liiindo... Y así manejas un pártido pólitico todavia, you`re the best. Igualdad es lo que buscamos, pero dejenme entrar al JazZone porque al parecer ahí todos son diferentes.

Anónimo dijo...

Lindo Susana. Eres una mujer transparente, bella y generosa. Por otro lado, sería interesante si pudieras especificar la relación entre la interculturalidad y la equipotencia. Porque suele confundirse igualdad con homogenización, que en este caso no es lo mismo. Gracias.

Anónimo dijo...

Gracias Susana por ser Susana: libre, valiente y mujer.

Susana Villarán dijo...

Para no seguir ganando indulgencias o condenas con Ave Marías ajenas, el texto es de la feminista Marita Santa Cruz(está abajito del texto, en letras más pequeñas pero se lee. Cuando se lo escuché a una colega en un reunión el año pasado me parecieron buenísimas las tres E. Las he repetido y recreado con mucha gente, particuarmente con mujeres en estos meses y creí que sería bueno compartirlas con quienes tienen la gentileza de leer mis post.
Algunos comentarios:
1. Nada sería más absurdo que oponer la libertad a la igualdad. Se necesitan y condicionan. Son indesligables. La mejor definición de ser pobre, por ejemplo, es no ser libre. La pobreza es una situación de desigualdad, de desventaja que impide elegir la vida que ansías vivir: curarte donde sepas que te sanarán, educarte donde sepas que aprenderás con calidad, etc, etc. Igualdad para ser autónomos, libres. Libres para lograr mayor igualdad.

2. La equivalencia, la equipotencia y la equifonía no se oponen tampoco a la diversidad. Valemos lo mismo en dignidad pero somos diferentes. Norberto Bobbio habla de luchar contra las desigualdades que se pueden evitar, aquellas de carácter social fundamentalmente. Las diferencias étnicas, culturales, de personalidad, de pensamiento entre otras, nutren ese pluralismo que todos aspiramos construir. Es la textura de la democracia.

la igualdad no es homogeneidad ni uniformización. Esa visión reduccionista de la igualdad ha llevado a la humanidad a grandes tragedias como las que causó Stalin en Rusia imponiendo una nacionalidad, un partido único a sangre y fuego y matando millones de pérsonas. Esa uniformidad es la que alimentó la entraña criminal de Hitler también, con las terribles consecuencias que todos conocemos.
En sociedades tan diversas cultural, étnica y racialmente como es la nuestra es fundamental, el respeto profundo a la diversidad. Lo es tanto como la lucha por esa equivalencia en dignidad, esa equipotencia en la capacidad de ser autónomos para gobernar nuestras condiciones de vida y esa polifonía para que nuestras voces sean escuchadas, comprendidas y tengan impacto.

Gracias nuevamente por los comentarios y... al anónimo de los libros de autoayuda. No he leído ninguno ¿cuál me recomienda?

Anónimo dijo...

No son de autoayuda pero te van a servir, te recomiendo los siguientes títulos:

-"¿Cómo vivir de los pobres y seguir siendo social-demócrata?" (te viene de regalo el manual práctico de cómo crear una ONG).

-"¿Cómo vivir de dinero gringo y seguir rajando de ellos?"(te viene de regalo el manual del perfecto conchudo).

-"ESPERANDO PASAR LA VALLA ELECTORAL...":UNA HISTORIA DE LA VIDA REAL. (trata de una señora que le cambia de nombre a su partido pensando que así va a llegar a convencer al pueblo).

Por ahora solo esos, son muchos los títulos que vienen a mi mente, pero esos creo que te ayudaran por ahora.

Hasta otra ocasión...

GUILLE da MAUS dijo...

El concepto de igualdad inmediatamente remite a las cuantificaciones para establecer puntos de "equilibrio". Por lo tanto se presta a subjetividades y arbitrariedades porque simplemente no se puede comprender todos los fenómenos humanos que hacen a una persona. Mientras menos dimensional se conciba el problema humano, más terrible es la opresión, caso del comunismo y el nazismo que redujeron el problema humano a cuestiones de raza, clase o ideología.

La igualdad, para mí, no deja de ser una linda palabrita con la cual se pueden crear los mas hermosos y sugerentes discursos. Pero de flores no solamente vive el hombre.

Anónimo dijo...

Gracias por el desarrollo de la afinidad y complementariedad entre quipotencia y diversidad cultural. En el caso del Perú, es clarísima la relación entre la desigualdad y la ausencia de libertad, y la diversidad cultural. Y en el mundo también, lamentablemente.

karinam dijo...

Lindo texto. Gracias por compartirlo.

PD. Que fácil es embarrar a otros y escudarse en el anonimato, no? Y que difícil dialogar cuando no se conoce al emisor.

Reaño dijo...

Apunto el texto Susana. Me ha gustado mucho.

La igualdad, va junto con la libertad y la fraternidad... eso lo comprendieron muy bien aquellos viejos revolucionarios...

Y sobre los ladridos anónimos pues, me recuerdan un verso de Vladimir Holan: "Ser no es fácil, fácil sólo es la mierda"

Un beso,

Reaño

GUILLE da MAUS dijo...

Pues el baño de sangre de la revolución francesa (y de las revoluciones subsiguientes) demostró que las tres cosas no pueden ir juntas... El último ejemplo de ello lo estamos viendo con las revoluciones cubana y venezolana je je.

Insisto: la búsqueda de la igualdad conlleva a la arbitrariedad. La "igualdad en dignidad" puede ser tan limitante como reducido el número de factores que determinan el estado de "dignidad", y opresiva como un sistema que decide cuan más o menos digno debe ser uno. Simplemente se es digno o no se es. El resto son subjetividades.

Reaño dijo...

Guille, como todas las guerras de independencia y de las causas justas de los pueblos, la Revolución Francesa no podía hacerse de manera pacífica y sí, cayó en derivas... pero nos legó una serie de principios que rigen cualquier causa justa.
Ahora, no veo el nexo entre la Revolución Francesa y Venezuela (¿?)
La igualdad (junto con la fraternidad), querido amigo, lleva al sentimiento de solidaridad... y todo ello como expresión de una libertad necesaria.

GUILLE da MAUS dijo...

Tú lo has dicho: "lleva al sentimiento de...". Lo que planteo es que la igualdad objetiva tiende a otra cosa que muy poco tiene que ver con esos nobles sentimientos, lo que está históricamente comprobado, como sucedió con la revolución francesa.

Que en el discurso el concepto de Igualdad sea más fragante que una flor de loto es sin duda algo que debe apreciarse. Pero de allí a consagrarla como ideal junto con la libertad, no me parece.

Los dejo con una de mis frases favoritas:

"Por la libertad, asi como por la honra, se puede y debe aventurar la vida" (El Quijote)

Anónimo dijo...

www.igualdadanimal.org

Somos diferentes e iguales!

Erick Guiomar dijo...

Es interesante pasarse por sus letras, uno encuentra gente dispuesta a lustrarle el piso, otros que simplemente desean serrucharselo y de los que tratan de... de muchas cosas; en fin, no creo en la igualdad de personas pero si en la igualdad de oportunidades, me considero socialista pero no de antaño, creo en las nuevas perspectivas del mundo y de la globalización y de que este puede jugar a nuestro favor, sin olvidar a las oportunidades que todos merecemos.