Esta semana hemos vivido, nuevamente en el país, la convulsión y la protesta social; justamente en el inicio de las reuniones de la APEC. Muchos columnistas y periodistas de opinión han tratado esta situación; la mayor parte ha calificado negativamente las movilizaciones populares alrededor del paro agrario y de la protesta por la ley de las concesiones de los lugares aledaños a los centros arqueológicos ocurrida en el Cusco.
El Presidente García acusó, como suele hacer ahora desde el gobierno, a quienes protestaban como “enemigos del desarrollo” (no se qué quiere decir eso) y a los dirigentes los señaló Jorge del Castillo como “agitadores”. Se olvidaron de la activa participación del APRA y del propio García (con bandera peruana y “patadita”) en uno de esos paros durante el gobierno de Toledo. Hasta un diario ponderado como El Comercio tituló de manera desafortunada a mi entender lo sucedido el miércoles durante el paro agrario: “Dirigentes pierden control del paro agrario: 4 muertos y 171 revoltosos detenidos”.
Más "ruido" social, más derechos
La protesta social es legítima, explicable y hasta necesaria. El economista Javier Iguiñiz sostenía hace un tiempo que necesitamos “más ruido” social en el Perú justamente cuando algunos representantes del empresariado y del gobierno sostenían que las demandas sociales expresadas en espacios públicos son altamente nocivas para la economía. En una sociedad tan desigual como la nuestra, con un Estado tan ineficiente e indiferente, hay que hacerse escuchar para arrancar derechos.
Excesos
Lamentablemente estos días han muerto personas, tres de ellas de balas en la cabeza en Pativilca y en Ayacucho. Las balas son, con casi total seguridad, de la Policía Nacional. Ha sido una demostración del uso abusivo y desproporcionado de la fuerza para reprimir la protesta social.
Sin embargo, no toda forma de protesta es legal ni puede ser legítima: destruir propiedad pública y privada y/o bloquear carreteras, cercar un aeropuerto como hicieron en el Cusco pone en riesgo la vida, la integridad física, el libre tránsito de personas. Por esto estos delitos deben recibir una pena y no quedar en la impunidad y los dirigentes que convocan y dirigen estas movilizaciones sociales, tienen que asumir su responsabilidad.
Prevenir. ¿Sólo con inteligencia?
El presidente de CONFIEP, Jaime Cáceres Sayán, se mostró muy entusiasmado ante la afirmación de un periodista que sostenía que había que prevenir los conflictos sociales: “Si”, respondió con énfasis, “hay que prevenir, necesitamos más y mejor inteligencia” Me hizo recordar los “reglajes” al padre Marco Arana en Cajamarca. Prevenir es reconocer que existen causas, caldos de cultivo, razones para que las personas y organizaciones se harten y salgan a las calles a exigir lo que consideran que es justo. Prevenir es actuar a través del diálogo, la concertación y el reconocimiento de que quien reclama es igual en dignidad y derechos. A partir de ahí se logran resultados más positivos y permanentes. Negociación y no pura represión.
El Presidente García acusó, como suele hacer ahora desde el gobierno, a quienes protestaban como “enemigos del desarrollo” (no se qué quiere decir eso) y a los dirigentes los señaló Jorge del Castillo como “agitadores”. Se olvidaron de la activa participación del APRA y del propio García (con bandera peruana y “patadita”) en uno de esos paros durante el gobierno de Toledo. Hasta un diario ponderado como El Comercio tituló de manera desafortunada a mi entender lo sucedido el miércoles durante el paro agrario: “Dirigentes pierden control del paro agrario: 4 muertos y 171 revoltosos detenidos”.
Más "ruido" social, más derechos
La protesta social es legítima, explicable y hasta necesaria. El economista Javier Iguiñiz sostenía hace un tiempo que necesitamos “más ruido” social en el Perú justamente cuando algunos representantes del empresariado y del gobierno sostenían que las demandas sociales expresadas en espacios públicos son altamente nocivas para la economía. En una sociedad tan desigual como la nuestra, con un Estado tan ineficiente e indiferente, hay que hacerse escuchar para arrancar derechos.
Excesos
Lamentablemente estos días han muerto personas, tres de ellas de balas en la cabeza en Pativilca y en Ayacucho. Las balas son, con casi total seguridad, de la Policía Nacional. Ha sido una demostración del uso abusivo y desproporcionado de la fuerza para reprimir la protesta social.
Sin embargo, no toda forma de protesta es legal ni puede ser legítima: destruir propiedad pública y privada y/o bloquear carreteras, cercar un aeropuerto como hicieron en el Cusco pone en riesgo la vida, la integridad física, el libre tránsito de personas. Por esto estos delitos deben recibir una pena y no quedar en la impunidad y los dirigentes que convocan y dirigen estas movilizaciones sociales, tienen que asumir su responsabilidad.
Prevenir. ¿Sólo con inteligencia?
El presidente de CONFIEP, Jaime Cáceres Sayán, se mostró muy entusiasmado ante la afirmación de un periodista que sostenía que había que prevenir los conflictos sociales: “Si”, respondió con énfasis, “hay que prevenir, necesitamos más y mejor inteligencia” Me hizo recordar los “reglajes” al padre Marco Arana en Cajamarca. Prevenir es reconocer que existen causas, caldos de cultivo, razones para que las personas y organizaciones se harten y salgan a las calles a exigir lo que consideran que es justo. Prevenir es actuar a través del diálogo, la concertación y el reconocimiento de que quien reclama es igual en dignidad y derechos. A partir de ahí se logran resultados más positivos y permanentes. Negociación y no pura represión.
Los de arriba y los de abajo
La última Encuesta Nacional de Hogares nos ha traído un dato que expresa que el Perú es una bomba de tiempo: la explosiva desigualdad que también se verifica en las diferencias en el impacto de la inflación: Los pobres tuvieron una inflación de 8,2% y los de más altos ingresos de 5.2%. Los precios suben más para quienes tienen menos, se les castiga más ¿es justo?
Quienes miden la pobreza nos señalan que ésta habría disminuido en la costa (donde se concentran polos de desarrollo en la industria y agroindustria que generan empleo) y que ha aumentado en sierra en dondeestá fundamentalmente la pobreza y pobreza extrema y se hace presente la minería, que no genera tantos puestos de trabajo como sabemos.
La última Encuesta Nacional de Hogares nos ha traído un dato que expresa que el Perú es una bomba de tiempo: la explosiva desigualdad que también se verifica en las diferencias en el impacto de la inflación: Los pobres tuvieron una inflación de 8,2% y los de más altos ingresos de 5.2%. Los precios suben más para quienes tienen menos, se les castiga más ¿es justo?
Quienes miden la pobreza nos señalan que ésta habría disminuido en la costa (donde se concentran polos de desarrollo en la industria y agroindustria que generan empleo) y que ha aumentado en sierra en dondeestá fundamentalmente la pobreza y pobreza extrema y se hace presente la minería, que no genera tantos puestos de trabajo como sabemos.
Si la desigualdad se incrementa es por tres factores: el modelo económico (rescatando la estabilidad macroeconómica que es indispensable), el modelo de Estado y la cultura de apatía, desconfianza y ausencia de respeto a las normas de la sociedad.
Otra vía
Debemos combatir la desigualdad. Hay manera de hacerlo y el camino es precisamente relacionar de manera armónica al Estado, con la empresa privada (o el mercado) y la sociedad civil. Debemos dejar de lado el modelo neoliberal que con tanto entusiasmo abraza Alan García, olvidándose del origen popular del APRA, e impulsar una política neo estructural: A ) un Estado que impulse y promueva activamente la inversión privada en actividades descentralizadas intensivas en mano de obra: que el empleo crezca y que sea digno. Un Estado capaz de garantizar desarrollo esencial a las personas que viven en su territorio: nutrición, saneamiento, salud universal básica, educación de calidad, y un sistema previsional justo, con medidas afirmativas para corregir las inequidades. Un Estado que garantice inversión en infraestructura energética y vial, en tecnología, en seguridad y justicia B) Una empresa que invierta y asuma que es indispensable innovar tecnológicamente para aumentar la productividad y ser competitivos. Una empresa que entienda y practique en serio la responsabilidad social. Una empresa que contribuya en la protección del ambiente C) Una sociedad civil activa, organizada, vigilante, capaz de mostrar su capacidad de concertar y proponer. Una sociedad civil que no vea al Estado o a la empresa como enemigos sino como actores de una misma obra en la cual cada uno su rol y que son complementarios. Una sociedad civil de ciudadanos y ciudadanas.
Hay quienes ven siempre el horizonte oscuro y piensan negativamente, tienen un pensamiento destructivo. No los necesitamos. Requerimos personas que hablen claro, que sepan diagnosticar los males sin medias tintas y que, acompañado a ello, propongan salidas y lideren procesos políticos para que esa sociedad próspera, justa, equitativa, respetuosa que soñamos sea realidad en el Perú.
Debemos combatir la desigualdad. Hay manera de hacerlo y el camino es precisamente relacionar de manera armónica al Estado, con la empresa privada (o el mercado) y la sociedad civil. Debemos dejar de lado el modelo neoliberal que con tanto entusiasmo abraza Alan García, olvidándose del origen popular del APRA, e impulsar una política neo estructural: A ) un Estado que impulse y promueva activamente la inversión privada en actividades descentralizadas intensivas en mano de obra: que el empleo crezca y que sea digno. Un Estado capaz de garantizar desarrollo esencial a las personas que viven en su territorio: nutrición, saneamiento, salud universal básica, educación de calidad, y un sistema previsional justo, con medidas afirmativas para corregir las inequidades. Un Estado que garantice inversión en infraestructura energética y vial, en tecnología, en seguridad y justicia B) Una empresa que invierta y asuma que es indispensable innovar tecnológicamente para aumentar la productividad y ser competitivos. Una empresa que entienda y practique en serio la responsabilidad social. Una empresa que contribuya en la protección del ambiente C) Una sociedad civil activa, organizada, vigilante, capaz de mostrar su capacidad de concertar y proponer. Una sociedad civil que no vea al Estado o a la empresa como enemigos sino como actores de una misma obra en la cual cada uno su rol y que son complementarios. Una sociedad civil de ciudadanos y ciudadanas.
Hay quienes ven siempre el horizonte oscuro y piensan negativamente, tienen un pensamiento destructivo. No los necesitamos. Requerimos personas que hablen claro, que sepan diagnosticar los males sin medias tintas y que, acompañado a ello, propongan salidas y lideren procesos políticos para que esa sociedad próspera, justa, equitativa, respetuosa que soñamos sea realidad en el Perú.
Protestar y proponer. Ese es el lema que acuñaron las mujeres organizadas en los comedores populares autogestionarios hace muchos años. Es una consigna vigente hoy.
3 comentarios:
"La protesta social es legítima, explicable y hasta necesaria".
"...hay que hacerse escuchar para arrancar derechos."
Según la filosofía de la actual ministra de Justicia, Rosario Fernández, ud. está azuzando a la población y se debería "iniciar acciones legales" contra ud.
Un poco menos drastico sería el primer vicepresidente de la República, Luis Giampietri, pues sólo le diría que "está haciendo subersión" y obviamente que deje de hacerlo. Por su bien supongo.
Es mi impresión o la miopía política se está transformando en una inmensa catarata.
Esta entrada me ha conmovido... hay tantas maneras de mirar la protesta... concuerdo cuando dices que es necesaria (ojo, excluimos la subversion y el ataque a personas / propiedad privada).
El asunto es que esto es síntoma de algo... la protesta tal cual ocurre en nuestro país es reflejo de desconfianza política, de falta de instituciones que funcionen adecuadamente, de ausencia de mecanismos (reales) que permitan al ciudadano común y corriente hacer oir su voz.
¿Podemos culpar a los más pobres porque la vida se les encarece más?, ¿porque están al margen?, ¿porque sus voces no son ecuchadas?, ¿o porque quizás están siendo mal informados?
Decimos que se equivocan y muchas personas que respeto han escrito sobre ello, sin embargo, ¿no estaremos emitiendo un juicio desde nuestra comodidad limena?
"Decimos que se equivocan y muchas personas que respeto han escrito sobre ello, sin embargo, ¿no estaremos emitiendo un juicio desde nuestra comodidad limena?"
Esta parte me ha hecho recordar los hechos ocurridos en la época de la embajada japonesa.
Recuerdo los comentarios que se hacian al respecto
- No saben ni hablar...
- Son unas chicas que no tienen nada en la cabeza
- todas flacuchas muertas de hambre asesinas y cholas.
- con una educación y cultura por los suelos que se van a comparar con las lumbreras que se encontraban ahí dentro embajadores acostumbrados a dormir con plumas legítimas de pato, con personalidades que piensan, opinan y son escuchados en nuestros medios sociales por su eminencia como Peirano, Tudela , Romero Caro,¡dios mío¡ cuanta fineza, cuanta estofa versus la escoria.
en esos días nunca pense igual que los demás te lo confieso Susana tal ve mis pensamientos te parescan subversivos aunque no lo soy, pero no puedo evitar pensar de otra manera
¿tú crees que alguien que ha tenido la suerte de educarse, alimentarse bien, ser querido engreido etc etc etc se metería a querer que haya un cambio como sea?
¿tú crees que democráticamente, pasivamente, electoralmente, haya una posibilidad de cambio para nuestras punas peruanas?
¿tú crees que nosotros que la tenemos fácil o medio difícil pensemos por un ratito en aquellos que en este momento se acuestan para olvidarse que sienten hambre y f´rio?
¿si estas personas que están muriendo, sufriendo o llorando, se levantan y organizan este tipo de grupos no serán que están buscando una forma para sobrevivir o hacer algo para cambiar algo su situación y poder pensar en un futuro mejor para los suyos?
No ves que todo el Perú le avisó electoralmente a Alan que no lo quieren que no lo apoyan, pero ¡ay¡ igual sigue andando, sobervio, omnipotente, un hombre que nunca trabajó , flojo, lleno de defectos, etc etc etc
es triste mi país porque cuando digo país pienso en ellos Susana, al menos sí pienso en ellos mis hermanos los olvidados, que si gestan pronto un partido, un movimiento no estaré tal vez de acuerdo en el como pero entiendo sus razones de sangre.
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