miércoles, 15 de octubre de 2008

¿Dónde dormirán los pobres?

¿Dónde dormirán los pobres? se preguntaba en uno de sus más recientes ensayos el teólogo peruano Gustavo Gutiérrez. Es una interrogante que deberíamos plantearnos hoy y mientras existan pobres en nuestro país y también en el mundo; y al hacerlo, mirar los rostros de los pobres concretos que no son cifras, son niños que viven y trabajan en la calle, niñas arrojadas a la explotación sexual, adolescentes en las pandillas, ancianos abandonados, adultos que migran a costa de sus vidas, madres campesinas que mueren de parto por que viven muy lejos.

Javier Iguiñiz expresaba en una conferencia no hace mucho que la mortalidad infantil de nueve provincias en nuestro país tiene los niveles de Mali, de Eritrea y Mauritania. Que en quince provincias y un departamento nuestros niños mueren como en Rwanda y, en promedio, como en Honduras y República Dominicana. Los indicadores de desnutrición infantil crónica son muy graves: 25%, de mortalidad materna, ocupamos el tercer lugar desde abajo en AL.

¿Dónde duermen los pobres de hoy en nuestro país?
La pobreza es demasiado importante para que su estudio y solución quede a cargo exclusivo de economistas y multilaterales. La existencia de la pobreza nos plantea preguntas radicales acerca de la condición humana. ¿Por qué unos nacieron arriba y otros, la mayoría, abajo? ¿Qué justicia puede existir en una sociedad en la que, desde antes de nacer, unos tienen oportunidades de una vida digna y otros no?

La pobreza es un cuestionamiento al basamento moral de nuestras sociedades. Nada bueno se construye desde el dolor y la desventaja de las grandes mayorías. Cuando una parte de la sociedad mira con indolencia y lejanía esta realidad lacerante de la pobreza, descubrimos el por qué estas grandes fisuras producen estallidos, resentimiento y violencia.

Afortunadamente existen en nuestro país alternativas y soluciones para arrancar definitivamente a los pobres de su situación de exclusión, incrementando su productividad con innovación tecnológica, apoyando sus iniciativas emprendedoras, educando con calidad, asistiendo en salud y nutrición a las madres gestantes, lactantes e infantes porque tienen derechos. Pero, todo ello debe ser prioridad porque es urgente.
La lucha contra la pobreza es lo primero en la agenda. Lo demás, viene después.





Solidarios y vigilantes
Hasta la próxima




2 comentarios:

Julio Gómez dijo...

la foto que acompaña su post es denigrante. si bien muestra una cruda realidad mundial, el niño fotografiado tiene derechos no puede ser expuesto de esa manera indigna.

Anónimo dijo...

La unica verdad es que siempre exsieron los pobres, y lamentablemente siempre existirán, la única manera de combatir la pobreza es con mayor inversión, reducción del Estado a su mínima expresión, privatización de la salud y a educación, etc.